: MARCELLO VENUSTI - Cristo crucificado con la Virgen María, San Juan Evangelista, María Magdalena y ángeles

: MARCELLO VENUSTI - Cristo crucificado con la Virgen María, San Juan Evangelista, María Magdalena y ángeles
MARCELLO VENUSTI
Mazzo di Valtellina h. 1515 - Roma 1579

Cristo crucificado con la Virgen María, San Juan Evangelista, María Magdalena y ángeles
Óleo sobre tabla
Medidas 24 x 16 cm

Esta obra constituye un importante ejemplo en la producción pictórica de Marcello Venusti durante la segunda mitad del siglo XVI. Nacido en Lombardía, su relevancia artística destaca por la trasposición de modelos compositivos de Miguel Ángel Buonarroti de dibujo a pintura.
Después de su aprendizaje en Mantua se traslada a Roma bajo la protección del cardenal Alejandro Farnesio, sobrino del papa Pablo III. En estas tempranas fechas trabaja en la decoración pictórica del Castillo Sant’Angelo y en la Nueva Iglesia de San Pedro. Entre las obras romanas de Venusti sobresale una copia en pequeño formato del Juicio Universal (Museo Nazionale di Campodimonte, Nápoles), testimonio único de la estrecha relación artística y de amistad entre el anciano maestro y el joven pintor lombardo.
El trabajo de Venusti consistía en llevar a pintura los dibujos que Buonarroti le dejaba. De esta manera Venusti se ganó rápidamente la aceptación de numerosos nobles y altos dignatarios eclesiásticos que le encargaban pequeñas pinturas devocionales.
La obra que nos ocupa es el resultado de la unión de tres importantes dibujos realizados por Miguel Ángel durante los últimos años de su vida, cuando entra en contacto con “gli spirituali” de Viterbo: Ell Cristo vivo en la Cruz (British Museum, Londres) realizado para la marquesa de Pescara, Vittoria Colonna, y dos cobres más con La Virgen y San Juan doliente a los pies de la Cruz (Museo del Louvre, París).
A partir del prototipo miguelangelesco, Venusti hizo ciertas variantes del tema de la Crucifixión, añadiendo y quitando según su propio criterio. Los testimonios más sobresalientes se conservan en el Museo di Casa Buonarroti en Florencia y en el Colegio jesuita de Campion Hall en Oxford. Esta obra se diferencia de los otros ejemplares ya mencionados por la figura de María Magdalena.
Entre los estudios de Miguel Ángel existe una pieza en las colecciones reales de Windsor Castle (inv. 12761) en donde María Magdalena aparece desdibujada, pero aún así se aprecia un brazo en torno a la cruz y su cuerpo arrodillado en el suelo, frente a San Juan Evangelista. Probablemente en otros dibujos de Buonarroti también figuraba la figura de María Magdalena a los pies de la cruz, pero desgraciadamente no han llegado hasta hoy, por lo que el único testimonio es aquella trasposición en la pintura de Venusti.
La silueta de la Magdalena es de gran teatralidad y dinamismo; sus brazos se abren hacia el cielo a la vez que señala la Cruz ignominiosa, al igual que la Virgen y uno de los ángeles. Podría decirte, que la presencia de Magdalena no es un añadido forzado de Venusti, sino que es fruto del estudio de un dibujo de Miguel Ángel, en el cual la mujer se presenta en armonía junto a los restantes personajes.
En la catedral de Santa María de la Redonda de Logroño se conserva una tabla atribuida en el pasado a Miguel Ángel recientemente atribuida a un artista flamenco. La versión de Logroño, todavía presenta la Virgen de manera frontal y no de perfil como en el ejemplar anterior.
Las noticias proporcionadas por los biógrafos Giorgio Vasari y Giovanni Baglione sobre la fama de Venusti decían que se había especializado en la pintura de “cosas pequeñas” y que las enviaba a España. Este testimonio se relaciona con los encargos devocionales de ilustres personajes: “Hizo Macello muchas obras para diversos príncipes, y para otras personas, y particularmente para mandar a España, porque su modo de pintar era muy devoto, diligente y vago” (Baglione 1642). Además, la delicada gama cromática refleja perfectamente el estilo del artista, una característica ya elogiada por sus compañeros, como demuestran las palabras escritas del embajador español don Juan de Zuñiga en la famosa carta enviada en 1578 al rey Felipe II, donde se manifiesta su admiración “para dar colores” en las obras de Marcello.

Agradecemos a la doctora Francesca Parrilla gran experta en la obra de Venusti su ayuda en la catalogación de esta obra (se adjunta un reciente estudio del cuadro).